lunes, 27 de junio de 2011


Era cuarto menguante, y todas aquellas miradas lanzaban sus deseos al bajar la marea. El verano parecía adueñarse de las luces de ciudad, de los miles de corazones que ardían haciendo cenizas sus sueños. Y de nuevo en la orilla, bañada en salitre.

Dos tequilas con sal y limón, y un acento arrancándome la piel. Miles de camas deshaciéndose en conciertos, y yo solicitando mi ración de amor. Sonríeme otra vez, bailaré lenta. Y en una mirada quiero quedarme a vivir.

Que ésta vida cambia de rumbo y canción.

http://www.youtube.com/watch?v=sXkWliNI1wY

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