miércoles, 13 de julio de 2011


"...Y sus ojos lloraron hasta doler, pero sólo ella sabía que así tenia que ser"

¿Por qué? ¿Por qué tengo que aceptar que todo es una mentira, que vivimos en una sociedad de intereses, de ambición, de injusticia, de egoísmo, de asesinos? ¿Por qué tengo que decir que es tu manera de vivir, cuando nunca nadie se molestó en contarte que había otras millones de maneras de hacerlo? ¿Por qué tengo que ver con normalidad a quién convierte en sangre sus palabras? ¿Por qué quedarse en silencio cuando todavía quedan fuerzas para luchar? ¿Por qué no intentar cambiar las cosas? ¿Por qué conformarse con este puto mundo?

Y que no me hablen de etnias, razas, culturas, y menos de costumbres. No.


El llanto desconsolado de esa mujer parecía estrangular poco a poco mi garganta.

Sonríes y dices que todo va bien, prometes que todo cambiará, aseguras estar contenta. Tus niños ríen tras esa cortina, se esconden tras los caracolillos de su pelo, sus ojos oscuros traspasan todas mis fronteras.

Pero entonces se cierra una puerta, ya no hay salida, grita fuerte que nadie te oirá. Tú no eres más que un trozo de carne arrojado en una cama, quién dice quererte marca tu cuerpo, hiere tu alma, roba tu vida. Un polvo tras otro hacen ceniza de lo poco que queda de ti. Quisiera explicarte que tras esa ventana quizás haya alguien que dibuje caricias en tu espalda, que te susurre al oído un “quédate”, que muera en tu pecho y vuelva a nacer en cada golpe de tus caderas, que te duerma en sus brazos y se pierda en tu pelo. Quisiera explicarte que tu vida puede empezar el día que tú quieras. Que tus niños no tendrán que esconderse nunca más, que su risa hará de cada día un verano.

Que no sueñes otra vida, si acaso te queda un resquicio para hacerlo, que vivas tu sueño.




1 comentario :