lunes, 5 de noviembre de 2012


Se le dice que no y punto. Con un golpe en la mesa los demás asintieron, se quedaron tranquilos, todo saldría como ellos esperaban. Malditos ilusos, malditos adultos.

Si algo he aprendido en éstos 23 años, es que no podemos dejar que nunca nadie nos diga que no podemos hacer algo, y cuando digo nadie, es
NADIE. Quizás muchos no lo consiguieron, quizás tiraron la toalla demasiado pronto, o tal vez, creyeron en lo que otros quisieron decidir. Pero si algo tengo claro, es que nunca podemos dejar  de creer, de imaginar, de soñar nuestra propia vida, de vivir nuestro sueño.

Aquella madrugada se me encogían los músculos de la garganta. Mi voz parecía titubear, un suspiro, otro... Paren la vida. Y después? Pensé.


Todo llegará.


Pero quizás nunca nada sea tan horrible, o quizás sí. Sea como sea, habrá mil millones de momentos, de instantes que fueron y otros tantos que serán, que harán (y hacen) que todo lo demás valga la pena.


Noche de domingo, nos vamos a Tailandia. 


Llorar a gritos. Mejor reírse, es lo más serio. Te das cuenta de que todo dura uno dos, tres segundos. Creamos en lo imposible. Y al final te das cuenta de que siempre pudo ser peor. De que, en realidad, somos unos putos afortunados. Y por  qué no? El amor mueve montañas, también olas.



     SONRÍAN



1 comentario :

  1. si, a el me referia, somos muy amigos desde hace mucho mucho tiempo!!! me alegra que te guste...
    no se si te parecio mal el otro comentario...fue solo casualidad!!! yo encontre tu blog por moda no por andres.

    Besitos


    http://elarmarioquecomparto.blogspot.com

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