CIERRA LOS OJOS, QUE TE LLEVO A UN LUGAR
Camino sola, arena mojada, el sonido de olas que rompen. El sol brilla fuerte, me viste a su antojo. De frente, un faro me guía. Es una sensación que va más allá de toda felicidad, de toda palabra existente. Estoy en casa.
Suena el despertador.
Es un día gris, uno más en la capital. Apuro el paso, un tren a punto de salir y yo aquí, buscándome en las cuerdas de todas esas guitarras que suenan en cada uno de mis pasos. Como siempre, en otra parte. Sentada de manera que el mundo parece correr hacia atrás, rebobinar a toda velocidad. Buscando qué o a quién? Pongo la de Enero en la playa, mi tiempo se para (que no mi mente).
Tras horas de curro, de consumismo ilimitado, de etiquetas con ciudad, de frases automáticas y sonrisas vacías, te llamo. Suenas a mar, a aliento, a abrigo, a hogar. Demasiada velocidad, mucho gris y más cerveza. Recuerdo aquel día "tengo que pensar en mi vida" y así, con dos maletas y sin querer mirar atrás, un avión despegaba. Y ahora, meses después, prendida al teléfono, prendida a tu risa, a tus días, a una playa, sólo sé, que ahí, justo en ese lugar, está la vida que me falta. Me prometí aprender a lidiarlo, me prometí una y otra vez intentarlo hasta que por fin, el equilibrio deje de ser imposible.
Sigo vagando entre lágrimas de sal, canciones, recuerdos: estaba en una de estas terapias o consultas en las que acudimos buscando una explicación, un porqué, un más allá, un consuelo o simplemente, a ti mismo. Tras contar como estaba, como me sentía, me hicieron la maldita pregunta " Dónde estás tú? Dónde estás tú en todas esas cosas? Están todos, menos tú "
Quizás sea por eso que la manera de encontrarme sea bailando, a todo volumen lejos de cualquier pensamiento, lejos de cualquiera. Mi cuerpo invitándome a un único baile.
Maldita sentimentalista.
Extraña, extrañada. A lo Shinoflow.
Cierra los ojos, que te llevo a un lugar: Xoel, Coruña, A un metro de distancia, la luna.
No hay comentarios :
Publicar un comentario