
Me he comido dos de las cuatro chocolatinas que me enviaste. Sabes que no lo haría si no lo necesitara de verdad. Pero hoy, dosis en vena de dulce, 125 terrones de azúcar y cuarenta sundaes con extra quizás no serían suficientes. Creo que podrías adivinar la canción que está sonando, y puedo atreverme más, tal vez con hablar de un dejarlo todo, un África, Bali, o cualquier lugar mientras sea lejos de cualquiera, puedas entenderme.
Tú siempre callabas, estabas en silencio pasara lo que pasara, escucharas o vieras lo que fuera, daba igual lo que llegaran a colorearse tus ojos o lo mucho que tiritasen tus labios. No podía entenderlo, me enfadaba no escucharte gritar. Pero tú dabas un portazo, te ibas. Una vez fuera, lejos de cualquiera, chillabas al mundo entero que estabas hasta los mismísimos cojones de todo, respirabas, subías al coche, bajabas la ventanilla, arreglábamos el mundo con un par de canciones a tope, y todo volvía a ser como nosotras siempre inventamos.
Y ahora, ahora que estás lejos, he entendido y aprendido de tu silencio.
Y recuerda siempre, muy pocas personas, demasiada gente.
Te echo de menos a rabiar, demasiado, y demasiado a veces duele no sabes cuánto.
(Maldito Abril)
No hay comentarios :
Publicar un comentario