jueves, 12 de julio de 2012



   No sabría explicar que se siente. Parece que derepente un día tu vida se fue, se marchó. Un beso, un adiós, un volveré. El reloj parece ir más rápido de lo normal. Y, como siempre fue, un desearía que no acabara este momento aprieta fuerte . A veces parece que un avión nunca despegó, y otras, otras voló demasiado lejos. Sea como sea, no digo diferente, sólo raro.

  Y quisiera tener el placer de presentarte en qué transcurren mis días, en qué dirección me muevo y cómo pasan las horas desde el Rompeolas. Explicarte que a veces, cuando se abre el telón, tanto guión agota, y cuando se cierra, dudas si realmente terminó la función. También decirte que creas en tus sueños, que todo, todo puede hacerse realidad. Que poder compartir un momento cuando cae el día, cuando los gatos andan colgados, y la luna es la más grande de todas las noches, es una línea más en mi lista de cosas que hacen que lo demás valga la pena.

   Y por último, simplemente, con toda delicadeza, mi vida, quién me permite ser la mejor versión de mi misma.




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