No sabría explicar que se siente. Parece que derepente un día
tu vida se fue, se marchó. Un beso, un adiós, un volveré. El reloj parece ir
más rápido de lo normal. Y, como siempre fue, un desearía que no acabara este
momento aprieta fuerte . A veces parece que un avión nunca despegó, y otras,
otras voló demasiado lejos. Sea como sea, no digo diferente,
sólo raro.
Y quisiera
tener el placer de presentarte en qué transcurren mis días, en qué dirección me
muevo y cómo pasan las horas desde el Rompeolas. Explicarte que a veces, cuando
se abre el telón, tanto guión agota, y cuando se cierra, dudas si realmente terminó
la función. También decirte que creas en tus sueños, que todo, todo puede
hacerse realidad. Que poder compartir un momento cuando cae el día, cuando los
gatos andan colgados, y la luna es la más grande de todas las noches, es una
línea más en mi lista de cosas que hacen que lo demás valga la pena.
Y por
último, simplemente, con toda delicadeza, mi vida, quién me permite ser la
mejor versión de mi misma.
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