-Es la primera vez que nos decimos adiós
-Piensa en las ganas con las que nos diremos hola la próxima vez.

En Coruña seguía lloviendo, las calles mojadas como tantas tormentas de verano escritas en tantos años de calendario. Dos tostadas de aceite, tomate y sal, un yogurt, el zumo con azúcar, sin favor.  No importa en qué punto esté de la ciudad, más de veinte pisos te recuerdan demasiado. Un beso y un abrazo, tuerces la esquina de la ferretería, tú nunca tuviste miedo a caminar. No existen días grises, a escasos metros de aquí habrá un lugar donde siempre brille el sol.  Hablo de la extrema capacidad de hacer a alguien morir de ternura como sacar de quicio de tanto no parar. Recuerda limpiarte la yema de los dedos tras comer Risquettos. Bailará la cala,  sonará Lela en los días fríos. Reíremos a carcajadas cada tarde de invierno.

Tantas páginas en blanco sólo para ti. Escribe, pequeña, escribe qué se siente al vivir un sueño. Escribe de dónde vienes y adónde vas. Escribe de la libertad tan grande que nace cuando queda tanto amor gritando vuelve. Siente, exprime, sonríe. Que suene, que suene tu voz. Vístete del arte que desprenden las Ramblas, pídete un café en el Bosque encantado, sácate tantas fotos como días frente a la catedral, busca mi tienda y házmelo saber. Pasea de la mano en el Passeig de Gracia, aliméntate de recuerdos en el Parque Guell. Camina, descubre y descúbrete.  Puede que mañana sea el primer día de tu vida, Pinchuli.

Barcelona te espera tanto como nosotros.

Y tú, hombre de ninguna parte. Adelante, hacia la luna. Que aquí te espero, coloreando cada día juntos, en el mismo lugar. 

No os echaré de menos en Septiembre.