miércoles, 17 de julio de 2013

DELIRIOS DE MIÉRCOLES

Él no lo entendía. Así es que decidí contárselo con un poco de rock, carretera, chocolate y redención. Nos separamos del mundo en un impulso, su sombra, mis alas y una bien cargada de ron. 
Yo nunca -incluyo aferrarme a recuerdos en mi manera de vivir- di un trago largo. Volvió a poner los ojos en blanco, bajé la mirada y di rienda a una pequeña sonrisilla de medio lado, sabía que no teníamos remedio, ni su maldito gesto, ni yo. Dices que quizás no importe el sitio, pero es que yo mataré mounstros por ti.

 Que suba el telón.

Solía ponerme una de las listas del Spoti, a todo volumen nunca era suficiente. Pasaba las horas de los días en aquel rincón del puerto. Me gustaba acariciar con los dedos el tacto de quién fingía ser mar. Vestida al sol, Marc Levy y alguna de Ferreiro. Desde aquel día en esta ciudad, nos júramos un "I'm yours and you are mine". Sería mi pequeño rincón, mi confidente, mi abrazo, mi aliento. Serías tú, sería yo. 

Y fue entonces, cuando todo comenzaba a tener sentido, que la vida nos ponía a prueba otra vez. 


Cambiemos de canción



y aunque tú no lo entiendas, y aunque tú no lo sepas 
a un click todo suena mejor

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