Escalofríos y deshechos de un amor que no fue en mi vientre. Me tapé hasta la nariz con una manta de colores, me senté en el sofá y me refugié en instantáneas de otros, esperando que en un ratito mi cuerpo volviese a darme un poco de calor, a estar tranquilo. El primer día siempre es el peor.
Ella se sentó a mi lado, entrelazó sus dedos en mi pelo y comenzó a peinarme. Hacía mucho, mucho tiempo, quizás años, que nadie lo hacía. Entonces recordé a la niña que fuí, la que buscaba siempre protección y calor en otras manos. Cuánta razón tenía aquella mujer, esa niña aún no se ha ido.
Lo cierto es que, me siento mucho mejor. Y tan sólo me ha peinado.
... que a veces basta con un poco de cariño para que todo esté bien.
Ella se sentó a mi lado, entrelazó sus dedos en mi pelo y comenzó a peinarme. Hacía mucho, mucho tiempo, quizás años, que nadie lo hacía. Entonces recordé a la niña que fuí, la que buscaba siempre protección y calor en otras manos. Cuánta razón tenía aquella mujer, esa niña aún no se ha ido.
Lo cierto es que, me siento mucho mejor. Y tan sólo me ha peinado.
... que a veces basta con un poco de cariño para que todo esté bien.
No hay comentarios :
Publicar un comentario