sábado, 18 de febrero de 2012



E AS PENAS SE VAN CANTANDO


Como todos los años, cada una de ellas, todas nosotras, estábamos locas debatiendo cuál sería la mejor idea. Mallo pondría los puntos sobre las íes, Ana intentaría hacernos entrar a todas en razón, Isis se dejaría llevar y después le preguntaría a su madre de telas y demás, Anita también sería la primera en adaptarse y en disfrutar como la que más, Claudia se enfadaría por la poca participación.. y especialmente a mi, le estarían retorciendo las ganas de tirarme de los pelos por mi pasividad o mis “yo eso no” rotundos. Guille, como siempre, sería el rey de la fiesta.
Sea como sea, no ponerse de acuerdo era una tradición, pero al final siempre deseábamos que no acabaran nunca estos días, o que volvieran rápido los siguientes.
Cuando no había opción, bajar en pijama siempre era lo ideal. Y entonces llegaron ellos, nuestros amigos bebés. Recuerdas? Creo que fue una de las mejores noches de la historia. Cantando y bailando hasta morir, el primero de todos los siguientes. Éramos unas locas de las charangas, éramos un grupo de Punky Brewster, de Bruja, de Mimo, Pirata… de Caperucitas o lo que tú quieras ser, fuímos los mejores 1,2,3 y a bailar, aquella vez la ciudad estuvo a nuestros pies. Fuímos ya no sé si Peter Pan o Robin Hood, pero las calles eran nuestro propio Nunca Jamás, acabamos siendo esas niñas con letras, que se suben a cualquier escenario a darlo todo, que se duermen en los bares al salir el sol.
Lo éramos todo, nosotras éramos todo Carnaval.
Y ahora, un 18 de febrero de 2012, entre mucha gente, sin encontrarme en ningún sitio.
Me faltais, me faltais más que nunca. Parece que nada tiene sentido, un Carnaval sin vosotras nunca existió. Estareis en cada canción, en mis ganas de abrazaros, de gritar, de bailar hasta romper. Y lo haré de rabia, de la rabia de teneros a tantos miles de kilómetros.




...en vuestra compañía.





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