lunes, 23 de junio de 2014

Cosas de vivir con una abuela


Hoy, después de un domingo empapándome del contenido del curso Hello Blogging -que por cierto, no puede encantarme más-  me quedé dándole vueltas a algo que nos proponían. Era un ejercicio en el cuál tenías que contestarte tú a un par de preguntas, una de ellas era ¿qué te diferencia a ti del resto? 

Tras romperme la cabeza pensando qué podía ser eso diferente que había en mi, en mi vida.. 

Se me ocurrió compartir con vosotros algo súper importante para mi y quizás, más íntimo que bonito.

Lo cierto es que criarte y vivir con una abuela tiene muchas ventajas. Entre ellas está la capacidad de emocionarte con absolutamente todo lo que sucede a tu alrededor, sí, eso que dicen de que uno cuando está mayor llora por todo, pues yo, lo mismo. También aprendes, desde que eres chiquitita, a pensar en el día que tengas hijos, así como a intentar guardar cosas por si un día vuelve la guerra. Y la paciencia! creo que esa es una de las mejores cosas que puede regalarnos vivir con una abuela/o, contar hasta diez no sirve de nada, mínimo hasta mil. Aprendes a reírte de todo, a convertir sus manías, sus locuras o salidas de tono en una de tus carcajadas diarias. También aprendes a perdonar, porque no importa lo que diga o haga, a la abuela todo se le perdona. 

Y esas son sólo un par de todas las miles de ventajas que tiene vivir con una abuela.

Pero como todo, existe también esa parte no tan bonita.

Y es que, que tu abuela, durante toda tu vida, sea un padre y una madre a la vez, da mucho miedo. Un miedo que, desde que empiezas a ser consciente de las cosas, no te abandona ni un sólo día de tu vida. El miedo a que algún día no esté. Y es muy fácil, muy común que la gente te haga esos comentarios de "eso es algo natural, a partir de cierta edad.." tan fácil como jodido de escuchar. No tienen ni idea  -pensaba y pienso-

La cuestión es que, ese miedo que siempre ha formado parte de mi, me ha hecho plantearme muchísimas cosas en los últimos años. Y es que, una de las cosas que podemos hacer con el miedo, es transformarlo. Transformarlo en lo que tú quieras y de diferentes maneras. Una de las maneras que yo elegí, como os decía antes, es no enfadarme nunca con ella, reírme siempre de todo. Otra, entender que el tiempo vuela, que debemos aprovechar, valorar y vivir cada instante a su lado. Hacerle reír, hacerle reír muchísimo. Y sobre todo, intentar que forme parte de todo aquello que hago, así sea ir al cine como pasar una tarde con mis amigos, eso es algo que me chifla! contarle historias de nosotros, cotilleos, hacer que se sienta una más (algo que no sería posible si ellos no fueran tan increíbles como son). Y bueno, voy al grano con lo que quería enseñaros, que como siga escribiendo no acabo!

Supongo que muchos de vosotros habéis tenido esa sensación, cuando alguien se va, de todo lo que te quedó por preguntar -a parte de decir-, todo aquello que no escuchaste en su día y ahora darías la vida por no olvidar jamás. Ese puré tan rico que sólo hacía tu madre o esa historia de verano que tantas veces te contó.

Así es que, para tener a mi abuela súper entretenida y yo asegurarme de todo aquello que jamás se perdería...

decidí ponerme manos a la obra!


Pasé a ordenador todas aquellos escritos que había hecho ella para un curso de periodismo -con 80 años!- los reuní uno por uno y busqué imágenes suyas que fuesen un poco acorde con lo que decía. Nunca un regalo de Navidad le había arrancado tantas lágrimas.


Otra de las veces, pedí en el Círculo de Lectores el libro de "El legado de los abuelos" creo que fue uno de los mayores aciertos! la finalidad de ese libro, es que los abuelos escriban todas sus historias para que sus nietos puedan leerlas, hay un montón de preguntas y ejercicios súper curiosos. Es cómo un guión para darle repaso a su vida y de forma muy sencilla y entretenida.


Y aquí vienen mis favoritos..

Antes de irme a Dublín le hice este recetario para que escribiese en él todas sus comidas! os puedo asegurar que fue lo que mejor guarde en la maleta al subirme al avión! :)


Y éste último,  "Las historias de la abuela" fue más bien una idea que se me ocurrió para que, mientras yo estuviese fuera, no perdiera la costumbre de contarme todas sus cosas, ésta vez sin guión, hablando de lo que ella quisiera -y sin bostezos, ni desgana al escuchar- A día de hoy, le habla de este cuaderno a todo el que se le cruza!


Supongo que también, es una pequeñísima manera de agradecer tanto.

PD: me encantaría, que si alguno/a de los que me leeis habéis hecho algo parecido o se os ocurren más ideas para no perder jamás esos recuerdos haciéndoles partícipes a ellos, lo compartierais conmigo!




" TU SONRISA ES MI ALIENTO"


1 comentario :

  1. Hola Diana! creo que somos compis de Hellocreatividad. Me ha encantado, tus palabras, tu sensibilidad, tus ideas.

    Estoy buscando en mi "disco duro" porque igual tengo algo que compartir!

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