martes, 25 de marzo de 2014

Carta a un cantante


25 de marzo de 2013, A Coruña

"Pensé esperar a que llegase el final para escribirte. Pensé que esta historia no podía ser olvidada. Pensé que debería ser música. Pensé en la mejor canción. Pensé que sólo tú, como en cada una de tus letras, podrías hacer tan tuya como mía esta historia. Pensé llorar escuchándote, como tantas otras veces hice.

Esta historia tiene sexo, mucho sexo. Tiene barras de bar. Gin tonic, aguardiente y un piano que lucha por no dejar de sonar. Tiene más sexo todavía. Tiene un viaje a Madrid en el 85 en busca de una guitarra. Te dije lo del sexo? Más vacío. Libros viejos y de banda sonora a Bach, a veces Cohen.

Esta historia habla de un hombre. Habla de alguien que vivió deshaciendo camas y besando sexo, habla de un enamorado del mar. Habla de quien viajó al festival de Lorient un 1987 ajeno a que dos años más tarde, una niña gritaría su ausencia. Un hombre que jugó a vivir, y de tanto jugar, y de tanto beber, y de tanto tocar, y de más follar. 

Dicen que una tarde -o dos o cinco- una niña de ojos oscuros bailaba inquieta a su lado. Cuentan que él ni la miró.


Tentó a la vida, tentó a las mujeres y tentó a la suerte. Él no creía en Dios y mucho menos, en la familia. Renegó de todo y más. Juró morir solo. 

Y ahí estaba ella, morena, inquieta. Se buscó en él, se encontró en sus manos.

Años más tardes, ella escucharía Tengo 26 desde una habitación con vistas al mar. Él dormíría a su lado. Ella no pensaba, bastante tenía con mirar a su padre. Él no despertó jamás."


-y que siga ganando la batalla, siempre-


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